Si te sueltan en un buffet libre, ¿eres de los que arrambla a manos llenas? ¿Seguro que lo quieres todo? ¡Cuidado con las barras libres! Publicado en Anatomías, Creatividad Literaria. Marzo 21.
Barra libre
— ¿Y no hay que pagar para entrar aquí?
— Si has llegado, es que te lo mereces. El dinero no vale nada en esta dimensión. Ya has pagado con hechos. Por eso estás aquí.
— Bueno, la verdad… Yo… yo creo que aparecí aquí porque me trajo el viento. Se desató un vendaval tremendo y llegué así, volando. Yo no…
— Nada es fortuito. Todo está previsto. ¿No recuerdas aquel día…?
— ¿Qué día?
— Ya veo que no te acuerdas de nada. Suele ocurrir. Siéntate y mira esto.
Aquella especie de… bueno, sí, aquella especie de ángel, le mostró un panel en el que se vio a sí mismo en una extraña forma. No alcanzaba a definirse, pero ciertamente se reconocía. Tan lejano quedaba aquello que había que rebobinar hasta un tiempo previo a su nacimiento. “Pasa y diseña tu vida. Escoge todo lo que quieras”, le había ofrecido entonces aquel mismo ser. Pero él, inconsciente y torpe, como no sabía manejar aquella oportunidad ni conocía las consecuencias que su elección acarrearía, trazó un desbarajuste de proyecto, en el que insertó, precipitadamente, todo lo que pudo. Así, su mundo resultó un cúmulo de continuos disparates, una auténtica paradoja, hilera de ilusiones y desengaños que discurrían por un circuito con un único límite ineludible: el de la muerte. Un conglomerado que no acertaba a finalizar, hasta que, atraído por un botón azul con nubes blancas, eligió la opción de Volar.
— Sí, ya lo recuerdo.